Discos regrabables

Los CD-RW regrabables no son más que una evolución sobre los CD-R. La diferencia estriba en el cambio de la capa fotosensible, de características tan especiales que el proceso normal de quemado lo efectúa como el CD-R, pero si posteriormente a la grabación se somete a un nuevo quemado, a una temperatura superior a la establecida para la grabación, el material fotosensible es capaz de volver a su estado original quedando listo para una nueva grabación.

   Esto conlleva que el láser de las unidades CD-RW sea también distinto del incluído en las unidades lectoras y grabadoras CD-R, pues debe ser capaz de modificar con facilidad la frecuencia de emisión de grabación.

Como quiera que este láser es especial debido a las características de la nueva capa fotosensible, los actuales lectores de CD-ROM llevan incorporados un láser que es capaz de operar a dos frecuencias distintas. Esta característica es denominada "multiread" y esto permite la lectura de CD-ROM, CD-R y CD-RW.

Hay que destacar que en los CD-RW el proceso de borrado sólo significa el no acceso a dicha zona, pero las marcas obtenida en el proceso de grabación no son eliminadas. Esto implica que dicha zona no puede ser usada de nuevo en un proceso de grabación, este es el motivo por el cual tras grabar y borrar un CD-RW podemos ver si comprobamos el espacio total disponible, que aunque los datos hayan sido eliminados el espacio ocupado por ellos en el CD-RW permanece como tal.

Para recuperar de nuevo el espacio total del CD-RW es necesario formatear el disco en un proceso lento y destructivo de toda la información contenida.

Un dato a tener en cuenta en toda grabadora consiste en los clásicos 48x24x48 que nos indican respectivamente la velocidad de grabación (CD-R), la de borrado y reescritura (CD-RW) y la de lectura (CD-ROM y CD-R)

En el proceso de grabación es fundamental quién proporciona el flujo de datos, normalmente un disco duro u otro CD, ya que la velocidad de envíos de dichos datos debe ser constante para evitar los errores de lectura.

Precisamente para evitar esta cuestión, los dispositivos de grabación, incorporan una memoria intermedia o buffer lo que garantiza que el flujo de datos sea constante. Es decir, el proceso de grabación se abastece de los datos que le proporciona el buffer y no el dispositivo que emite los datos, garantizando así que siempre estará disponible la información necesaria, sin pausas o buffer underrun que dejarían al soporte inservible.

 

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